Vivimos en un mundo en constante cambio. Cada vez más, sentimos como nuestro entorno gira más deprisa y nos arrastra con él, afectándonos directamente a nuestra calidad de vida y rendimiento profesional.
Falta de motivación, stress, cansancio crónico, frustración, dificultades en las relaciones, etc.… Son cosas que sentimos o escuchamos habitualmente en nuestros círculos más cercanos. Y sin serlo, lo aceptamos como algo natural de nuestro día a día, pagando un precio muy elevado que acaba convirtiéndose en una gran cantidad de sufrimiento innecesario, que reduce exponencialmente nuestro nivel de bienestar personal y profesional.
Todos tenemos un horizonte posible en esa zona de desarrollo próximo, pero no siempre lo vemos, no siempre entendemos que está ahí disponible para nosotros.